jueves, agosto 16, 2007

Arbolitos

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Algunas recorren el trayecto a nuestro lado, viendo pasar muchas lunas; pero a otras apenas las vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos. Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza a uno de nuestros amigos. El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas; varias nacerán en otro verano y otras permanecerán por muchas estaciones. Pero lo que nos deja mas felices es que aquellas que cayeron, continúan cerca alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de esos momentos maravillosos, cuando se cruzaron en nuestro camino. Simplemente, porque cada persona que pasa por nuestra vida es única. Y siempre deja un poco de si y se lleva un poco de nosotros. Tal vez haya quienes se llevaran mucho pero no habrá ni una sola persona que no nos deje algo. Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de que dos almas nunca se encuentran por casualidad.

martes, julio 03, 2007

Algo muy grave va a suceder en este pueblo

Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno de 17 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde:-No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo.Ellos se ríen de la madre. Dicen que esos son presentimientos de vieja, cosas que pasan. El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice:-Te apuesto un peso a que no la haces.Todos se ríen. Él se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla. Contesta:-Es cierto, pero me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo.Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mamá o una nieta o en fin, cualquier pariente. Feliz con su peso, dice:-Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto.-¿Y por qué es un tonto?-Hombre, porque no pudo hacer una carambola sencillísima estorbado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo. Entonces le dice su madre:-No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen.La pariente lo oye y va a comprar carne. Ella le dice al carnicero:-Véndame una libra de carne -y en el momento que se la están cortando, agrega-: Mejor véndame dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado.El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar una libra de carne, le dice:-Lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas.Entonces la vieja responde:-Tengo varios hijos, mire, mejor deme cuatro libras.Se lleva las cuatro libras; y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor. Llega el momento en que todo el mundo, en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto, a las dos de la tarde, hace calor como siempre. Alguien dice:-¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo?-¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!(Tanto calor que es pueblo donde los músicos tenían instrumentos remendados con brea y tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos.)-Sin embargo -dice uno-, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.-Pero a las dos de la tarde es cuando hay más calor.-Sí, pero no tanto calor como ahora.Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz:-Hay un pajarito en la plaza.Y viene todo el mundo, espantado, a ver el pajarito.-Pero señores, siempre ha habido pajaritos que bajan.-Sí, pero nunca a esta hora.Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.-Yo sí soy muy macho -grita uno-. Yo me voy.Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde está el pobre pueblo viéndolo. Hasta el momento en que dicen:-Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos.Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo.Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice:-Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa -y entonces la incendia y otros incendian también sus casas.Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, clamando:-Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca.

de Gabriel García Márquez

Hacete amigo del juez


Pues siempre es bueno tener
Palenque ande ir a rascarse.




El Martín Fierro es estupendo en sí, pero mejor todavía son los consejos que Fierro les da a sus hijos. Incluso si no les gusta el libro, les recomiendo que lean ese canto, el 32 de La Vuelta. Y si están muy inspirados pueden hasta leer los de Vizcacha (canto 15, también de La Vuelta) y compararlos. Yo encontré que conozco más de los consejos del viejo, aún siendo que no tenían principios morales y su único objeto eran sacar provecho y ventajas materiales; mientras que los del gaucho son sabios y prudentes, dignos de ser aplicados en todo momento, y tan solo son conocidos Los hermanos sean unidos y un par más.
Por qué nos queda grabado lo peor? Maldito seas vox populi.