miércoles, junio 03, 2009

El túnel

Al verla caminar por la vereda de enfrente, todas las variantes se amontonaron y revolvieron en mi cabeza. Confusamente, sentí que surgían en mi conciencia frases íntegras elaboradas y aprendidas en aquella larga gimnasia preparatoria: "¿Tiene mucho interés en el arte?", "¿Por qué miró sólo la ventanita?", etcétera. Con más insistencia que ninguna otra, surgía una frase que yo había desechado por grosera y que en ese momento me llenaba de vergüenza y me hacía sentir aún más ridículo: "¿Le gusta Castel?"
Mientras tanto, me sentía nervioso y emocionado.



Está ahí. Taquicardia es lo primero que siento. No sé por dónde agarrar la lapicera con la que venía escribiendo, me tiemblan las manos y se me pone la piel de gallina.
Por qué habría de ser tan difícil? Acasó no miré a mil mujeres a los ojos? Incluso besé a otras tantas! Qué tiene ella de diferente, si ni siquiera tengo chances de estar a su lado?
Eso me tranquiliza, se calma mi corazón.
No volvió a aparecer detrás de la esquina, pero estoy seguro de que era ella, vestida de blanco. Tampoco está doblando, habrá ido para el centro.
No importa: lo que tenga que ser, que sea, y lo que no, por algo será.

4 comentarios:

Lucas.- dijo...

ya está en aire tu moneda.

Belén dijo...

Difícil,es eso lo que le da un sentido interesante.Lo apropiado sabe esperar,y llega.

Maruh dijo...

El tunel lo leí el año pasado, lo "importé" de Enero '08 en Mardel. Es de los libros conflictivos que me gustan a mí.

Cuando te ponés en joven incontrolable y fugazmente enamorado, sos un lindo.

Amélie Poulain dijo...

Siempre que mencionan este libro me acuerdo de memoria del pasaje que dice 'Pienso ahora hasta qué punto el amor enceguece y qué mágico poder de transformación tiene. ¡La hermosura del mundo! ¡Si es para morirse de risa!'.
Y siempre que lo leo me hace pensar en el hecho de que una persona 'normal' pueda volverse loca, paranoica.